
César Cuadra, Director General de ATN: El Rol de las Sociedades de Gestión Colectiva en la Administración de Derechos de Autor Audiovisual
La importancia de estas sociedades radica en su capacidad para gestionar de manera eficiente la protección de los derechos de autor en el uso de un gran volumen de obras. Asimismo, en un entorno digital en constante evolución, donde las obras se exhiben a través de múltiples plataformas, la gestión colectiva se convierte en una herramienta esencial para estos fines. De este modo, estas entidades garantizan que se respeten los derechos de los creadores en un mercado no sólo nacional, sino también global.
En Chile, gracias a la Ley Ricardo Larraín aprobada en el 2016, los autores cuentan con un derecho de remuneración que posibilita una adecuada protección legal de sus obras. Es aquí donde entra en juego ATN, la Sociedad de Directores Audiovisuales, Guionistas y Dramaturgos de Chile. Esta sociedad de gestión colectiva, cuya función precisamente considera llevar a la práctica la implementación de esta ley, cuenta actualmente con más de medio centenar de contratos internacionales de representación recíproca de autores, algo más de dos millones y medio de obras, lo que se traduce en que ella posee una representatividad sin precedentes en la industria audiovisual local. Se entiende entonces, la magnitud del desafío de esta sociedad y se entiende también su significado e importancia, al ser ella un instrumento fundamental en la protección de los derechos de los autores en Chile y el mundo.
Las sociedades de gestión colectiva actúan protegiendo el uso efectivo de las obras por los exhibidores (cine, televisión streaming, entre otros). Su función principal es recaudar y distribuir los ingresos obtenidos por los derechos devengados por el uso de éstas, asegurando que cada autor, reciba una justa remuneración por su trabajo. Se aprecia entonces que atendiendo a la complejidad de la industria y su consumo hacen que estas sociedades de gestión colectiva sean en la práctica, un instrumento insustituible para la gestión de los derechos de cada uno de los autores.
Cabe señalar además, que estas entidades promueven la transparencia y la confianza en el sistema, pues a través de ellas los creadores pueden acceder fehacientemente a la manera en que se utilizan efectivamente sus obras, y asimismo conocer cómo se recaudan y distribuyen los derechos generados por ellas. Esto no sólo fortalece una relación estrecha entre los creadores y las entidades, sino que también contribuye a una cultura de respeto de los derechos de autor por la industria en general.
En síntesis, estas sociedades son pilares fundamentales en el ecosistema audiovisual, pues aseguran las buenas prácticas en la protección y administración de los derechos de los autores. Naturalmente, su labor no sólo beneficia a los creadores, sino también enriquece a la industria audiovisual en su conjunto, pues fortalece y resguarda la cadena productiva. En un mundo donde el contenido audiovisual es un insumo esencial, la función de estas entidades se vuelve imprescindible. En pocas palabras, la colaboración entre creadores, exhibidores y sociedades de gestión colectiva a nivel local y global no fortalece únicamente la actividad audiovisual, sino que garantiza además la riqueza, diversidad y calidad de las obras en esta importante industria cultural.